miércoles, 8 de febrero de 2017

Mi mamá me mima!




Mimar, amar, apapachar y cuidar a nuestros hijos es lo que aprendemos en nuestra cultura latina, pero en Alemania nuestra forma de consentirlos puede parecer exagerada...


El  choque cultural nos toma a muchas por sorpresa, y nos hace plantearnos (en mi caso) si somos realmente demasiado mimosas con nuestros chiquillos. En Alemania,  las cosas son muy distintas, los niños por lo general son criados con muchas más reglas y disciplina. Empezando por la más básica de todas: acostarse a dormir temprano, no más tarde que las 20:00pm y preferiblemente a las 19:30pm.Cenar Antes de las 18:30 pm y no hacer mucho ruido ni nada que pueda molestar a nuestros vecinos.


Que sí, que la archi conocida "vecindad del Chavo " no fue precisamente pensada para un público alemán! La disciplina es casi autoritaria, alejada en muchos casos de los libros de psicología infantil donde con tanto énfasis se recalca el dejar a los pequeños ser ellos mismos.


Empezando por el cole, donde ser el más tranquilito y obediente de la clase tiene premio, cuando al final del día el color del semáforo en verde les confirma que su rendimiento ha sido el esperado.


Por otro lado, si remamos un poco en el tiempo, descubriremos que los alemanes son una raza de niños criados en circunstancias y tiempos dificiles, y esos padres que en antaño fueron pequeñajos, tuvieron que adaptarse a una crianza en donde sus progenitores en muchos casos trabajaban todo el día. Regresar solos a casa y caminando bajo la nieve con tan sólo siete u ocho años y con la llave de la puerta principal colgada debajo de sus franelas, es para muchos un triste recuerdo de su infancia. Claro está, bajo la mirada distante de algún vecino; que hacia de niñera de confianza pero sin inmiscuirse demasiado. Hoy en día eso no es viable,gracias a Dios los tiempos han cambiado!


Pero el sólo echo de que un pequeño tuviera ir a su colegio caminando bajo la nieve que le llegaba hasta los tobillos, es una experiencia que amigos alemanes me han confesado como dura, y no lo dudo. Pues yo misma me siento más fuerte después de varios inviernos.


Madres estrictas para llevar el hogar y salir adelante, con padres aun más estrictos y con el recuerdo de una guerra a sus espaldas. Normal, que está sociedad alemana sea menos dada a consentir y cantar nanas. Normal y perfectamente entendible que no les guste que te acerques a sus bebes para hacerles mimos si eres un desconocido. Normal, que la malcriadeces sean castigada desde la primera rabieta y que el método Estivill del director de Centro Pediátrico para los trastornos del sueño en el Hospital infantil de Boston,sea tan aplaudido,pues contradice con creces "el colecho", que es  una forma que adoptamos en  nuestra cultura latina para dormir a nuestros hijos.



Pero hasta que punto debemos cómo madres dejar nuestras costumbres, tan hermosamente expresadas en el libro" Bésame mucho", de Carlos Gonzáles, y en dónde sus páginas sujetan con firmeza ese instinto materno que nos lleva a acurrucar a nuestros bebes cuando no pueden dormir, y que nos hace saltar de nuestras camas para salir corriendo a buscarlos cuando su llanto nos despierta, y se convierte en nuestra biblia en tanto una cultura diferente a la nuestra trata de interponerse...


 Debo decir que con el método Estivill y su libro llene la habitación de mi pequeño de avioncitos de papel, y que arranque una a una sus páginas con  total descaro para hacerlo reír a él y a mi corazón de madre auténtica sin ningún tipo de prejuicio ni remordimiento!


Traer al mundo a un hijo en una familia multicultural no es tarea fácil, y menos si entre sus miembros se encuentra una cabeza cuadrada y otra en forma de corazón.


Qué yo todavía le leo cuentos a mi hijo de 8 años y me quedo en su cama cuando el me lo pide, a sabiendas que el Jugendamt ( instituto del menor en Alemania) me incluya en la lista de "Las malas madres"!


Qué me importan tres pepinos y medio si mi cultura amorosamente abasallante no concuerda con lo que se espera de una madre nórdica, mi hijo seguirá teniendo su dosis de amor paralelo a la estricta, disciplinada, autoritaria y absolutamnete aplaudida por los padres en  la sociedad alemana.


Qué me gusta ver la cara de las mujeres alemanas cuando digo "mi hijo todavía es muy pequeño para eso" y con sus ojos azules me dicen que ya no lo es.


Una madre latina siempre llevará el calor dentro de su pecho y su hijo seguirá siendo un chiquillo que canta cual Roberto Carlos con todo su amor "Lady Laura".


Qué la bollería está mal, es algo que entiendo, y la Nutella ya tiene la entrada prohíbida en mi casa, total, ya comió suficiente de ella en el vientre materno, pero que me digan que todos los días tiene que llevar un pan con mantequilla por que estamos en " mantequilandia" y un "Brötchen sin Butter" contradice al paladar alemán, y yo , amante de las ensaladas y de todo lo que no contenga nada grasiento y madre orgullosa de un devorador de vegetales, me da complemente igual no pertenecer al  "Club de las madres nórdicas" .....


Pero si algo puedo defender de está cultura llena de salchicas y cervezas, que no podría ningun mortal terminar de probar en una sola vida, es la importante manera de rechazar el azúcar de la dieta infantil, y de incorporar como snak, apetitosos vegetales para la merienda...hasta ahí vamos bien.


Pero no está mal que en algunos momentos dejemos de pensar que todo lo que hace  un país que pertenecer al primer mundo no concuerda con nuestra cultural y manera de pensar, y poder seguir derramando amor como bandera universal, aunque digan que  nuestros hijos puedan llegar a ser "muy flojitos"....


Por lo menos tendremos la tranquilidad de saber que llevamos algo de nuestras abuelas en en la sangre y que ese amor "del bueno" seguirá abrazándonos en está y muchas otras generaciones como  patrimonio de un amor infinito!


Y cómo mejor demostración de el recuerdo de amor de una madre latina, les comparto este video, no sin antes decirles que espero vuestras comentarios para poder compartir y debatir diferentes puntos de vista.








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Dentro de toda relación siempre hay diferencias, pero cuándo se trata de culturas tan distintas los problemas pueden ser mayores....